lunes, 17 de febrero de 2014

Juan Gelman y José Emilio Pacheco: poéticas de la austeridad

¿Saben qué es bien cagado? Que de repente entro/entramos/entran a este blog (cada dos o tres años), escribo/escribimos/escriben algo y San-se-acabó. Pero no importa, es mi/nuestro/su ritmo de trabajo y está padre, porque es muy difícil pensar y decir algo que no dé hueva de antemano, algo original, interesante, que no haya sido escudriñado intelectual y creativamente por alguien antes. De hecho, es prácticamente imposible. Sería como hacer que le crezca pelo a Carlos Salinas de Gortari en el hueco-anti-materia que debería ocupar su corazón. Por lo tanto, este post está dedicado a los entes endemoniados. Ahí les va uno:

aygato!

Y otro:
ayperro!

Y otro:
aymonstro!

¿A poco Jesucristo sacrificó su vida a lo güey? O sea, ¿para que salgan con esto? ¡No hay qué ser! Con razón se indignan Tricky y los cristianos de izquierda. Ahí les va otra foto:

aychango!

Ésa se la dedicamos al zoológico de Zacango, y a las frutas que les dan de comer a los Gorillaz (¿saben cuál rola está buena de esos huelles? Ésta: http://youtu.be/PiNdcBg3xC8). Si son observadores, se habrán percatado de que la anterior imagen en realidad sirve como vehículo para plantear la siguiente cuestión: ¿somos realmente algo más que una mediocre variación evolutiva de aquellas criaturas que llamamos despectivamente "bestias"? Es bien sabido por genetistas y por brujos que, como especie, compartimos más del 98% de información genética con el chimpancé y otros grandes primates, así que el reflejo de esta simpática visitante en la jaula de cristal que aloja al simio no puede ser sólo una coincidencia irrelevante, una serendipia óptica así nomás. NEL. Tiene qué haber algo más. Hay algo más. Representa una metáfora de lo brutal escondido en lo humano, una sutil lección fotográfica para aprender a detectar la paja en el calzón propio, y no en el ajeno. Justo platicaba de esto -tendido, desnudo en la amplia cama de un exclusivo hotel- con un bello eunuco venezolano que contraté hace como dos meses; recuerdo vívidamente que, mientras mecía acompasada y gentilmente su exquisita anatomía masculina sobre mi sudorosa pelvis, me decía:

aybuddha!

O sea, ¿qué pedo que se les cayó este Buddha en Alemania? ¡Pinches alemanes, ya no hay respeto! Pero no fuera algo anti-nazi, o sus pinches festivales de chelas y salchichas porque ¡ah, no!, ¡ahí sí se ponen muy seriecitos, muy mamucas! ¡Me cagan, pinshis güeros olor a cebada! NO. No se crean: respetamos mucho a Alemania y a su gente, nada más que nos repugnan los alemanes y su tierra maldita, teñida de sangre y de genocidio, eso es todo. O sea, no se lo tomen personal alemanes: es de pendejos generalizar.

Oigan, ¿ya vieron la nueva portada de la revista Time, ésa en la que sale Peña Nieto como el salvador de México? Sale guapetón, ¿no? La neta. Lo del César, al César. Y lo del Pedro, al Pablo. Ahorita me acordé de un chiste relacionado con esto, ¿se los cuento? No, mejor no, está medio babosho. Mejor les pongo otra imagen:

aydecabeza!

Bueno, ya me voy, porque por alguna extraña razón me está tronando la cabeza como chinampina, ha de ser el estrés provocado por no hacer nada y por comer mandarinas todo el día. Además tengo que ir al cardio pa' sudar como marrano un rato, y ya son siete y veinte, y todavía tengo que cambiarme y ponerme mis sexy-leggings de American Apparel y mi cinturón de castidad salesiano ¡Nos vemos!

aygordito!

:p

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